miércoles, 2 de diciembre de 2009

Tema: Deja que te toque el Jesús de la cuarta vigilia. Mateo 14,22-27.

Culto oficiado por el hermano Mateo en la Iglesia de Girona el Sábado
28 de Noviembre.

Juan 21-25.
Quizás pensamos que Juan exageraba, pero en verdad Jesús hizo tantas
cosas, tantos milagros, que no se podían escribir todos.

El pueblo de Israel estaba esperando un rey que los liberara del yugo
opresor de los romanos. Cuando Jesús aparece no lo hace en la forma
que el pueblo esperaba, no lo aceptaban y no entendían que su rey
hubiera nacido en un establo y que fuera hijo de un carpintero.
Cuando Jesús inicia su ministerio, empieza a hacer grandes obras con
la gente. Pero cuando realiza éste milagro la gente empieza a
comprender que quizás éste hombre si es el rey que ansiaban.

Antes que Jesús les dijera a sus discípulos que se fueran con la
barca habia hecho algo grandioso.
En los capitulos anteriores a este pasaje, Jesús hizo el milagro de
los panes y los peces. Jesús alimentó una multitud con 2 panes y 5
peces.
En ese momento la gente pensó que tenían un verdadero líder, la
gente quería hacerlo rey. Y sus discípulos estaban de acuerdo con eso
porque no habían comprendido bien cual era la misión de Jesus. Es
justo ahí cuando Jesús les dijo que se adelantaran mientras él
despedía la multitud.

Entonces Jesus se retiro al monte a orar, pero a orar ¿el que?
Jesús se puso a orar por sus discípulos porque sabia que habían
entrado en tentación y que apoyaban el hecho que la multitud lo tomara
y lo proclamara rey.
Cuando los discípulos se fueron estaban muy desanimados porque
entendían que su gran oportunidad había pasado y empezaron a dudar.
Se preguntaban porque no les había dejado procamarle rey. ¿Era
realmente el salvador que esperaban?
Mientras ellos dudaban de él, Jesús oraba en el monte y en ese
momento Jesús permite que llegue la tormenta para que ellos dejasen de
murmurar contra él y se preocupasen por mantener la barca a flote.
Y en la cuarta vigilia de la noche, cuando Jesús se les hacerca
caminando por las aguas ellos lo confundieron con un fantasma y
tuvieron mucho miedo. Pero al acercarse aun mas a ellos, lo reconocen.
En ese momento Pedro le pide a Jesús poder caminar sobre el agua,
cuando dirigiéndose hacia él se giró hacia atrás y empiezó a
hundirse. Es aquí cuando Pedro le pide a Jesús que le salve. Jesús
lo salvó.

Los teólogos y historiadores dicen que en aquella época dividían la
noche en cuatro velas o vigilias:
-1a vigilia, de las 18h a las 21h.
-2a vigilia, de las 21h a las 00h.
-3a vigilia, de las 00h. a las 3h.
-4a vigilia, de las 3h. a las 6h.

La cuarta vela es la mas oscura de todas, justo antes del alba la
noche es muy intensa.
Jesús llega a ellos en la cuarta vigilia, cuando sus fuerzas se habian
agotado, cuando ya no tenían esperanzas, cuando ya esperaban que la
barca se hundiera.

Hoy en día la gente esta luchando contra grandes tormentas. Estamos
viviendo en la cuarta vigilia y cuando mas cansados estamos Jesús
aparece y como ocurrió con Pedro, no hay ninguna alma que le pida
salvación a Jesús y él lo deje perecer.

Las tormentas que podamos tener tu y yo no son las mismas que la
tormenta de los discípulos, pero el enemigo está empeñado en que
pasemos necesidades, en hacernos pasar calamidades para que estemos
preocupados en resolverlas y no pensando en Jesús. Pero el Señor
siempre esta dispuesto a escuchar el llamado de alguien deseoso como
Pedro que le dice: ¡Señor sálvame!

Puede que llegue el momento en que dudemos y nos parezca que caemos
pero si clamamos a Jesús él nos tenderá su mano para salvarnos.
Jesús siempre está presto para ayudarnos.
No importa cuan bajo caigamos, cuan difícil sea nuestra situación. Si
clamamos a Dios, él nos salvará.

Después de lo acontecido con los discípulos en su barca viene el
pasaje de la mujer que sólo con tocar su manto sanó. Jesús pregunta
quien lo ha tocado, los discípulos le dicen que una multitud lo
apreta, que una multitud lo está tocando. Pero él dice que alguien lo
ha tocado porque siente que ha salido de él, poder.
Nosotros ¿estamos apretujando a Jesús o lo estamos tocando?
Nunca nadie que quiera tener un encuentro personal con Jesús, o nadie
que quiera tocarlo, va a ser rechazado.

El Señor va hacer grandes cosas con nosotros, pero no si antes no ha
hecho grandes cosas en nosotros.

Algunos tenemos la sensación que en nuestra vida de cristiano no han
ocurrido grandes cosas, si así es debemos tomar un tiempo para
reflexionar y dejar que de Jesús salga ese poder que hará grandes
cosas en nosotros.

Jesús no va con nosotros en el barco, Jesús es el capitán del barco
y por grandes tormentas que nos azoten, nos llevará siempre a buen
puerto.

Que Dios nos ayude a tomar la determinación de ser cristianos
fructíferos y que nos mantenga serenos en la tormenta porque él nos
prometió llevarnos a buen puerto.

Amén.

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